Seguro que en más de una ocasión has necesitado llevar a tu mascota al veterinario para una analítica sanguínea. Ya sea para descartar una enfermedad, realizar un chequeo o una prueba prequirúrgica…. la sangre aporta información muy útil sobre el estado de salud del animal.
¿De qué está formada la sangre?
La sangre es un fluido rojo, debido a la hemoglobina de los eritrocitos, formado por células y plasma.
Células de la sangre
- Glóbulos rojos o eritrocitos. Son células sin núcleo, pueden verse con forma de disco al microscopio. Su función es el transporte de oxígeno en sangre a todos los tejidos del cuerpo y la retirada de dióxido de carbono de ellos.
- Glóbulos blancos o leucocitos. Son las células que forman parte del sistema inmune y se diferencian al microscopio según sean linfocitos, neutrófilos, eosinófilos, monocitos… La presencia de alguna de estas células en la muestra puede indicar distintas patologías. Por ejemplo, los eosinófilos están relacionados con la defensa contra parásitos y también están presentes en los cuadros de alergia.
- Plaquetas o trombocitos. Junto otros elementos, como la vitamina K, participan en la coagulación de la sangre.
Plasma
El plasma es la parte líquida de la sangre, no contiene células y se puede separar de la sangre mediante un proceso de centrifugación.
Está formado principalmente por agua, pero en él también se encuentran las proteínas que ayudan a la coagulación, minerales, electrolitos, nutrientes y metabolitos, hormonas, enzimas…
Si al plasma se le elimina una molécula llamada fibrinógeno, encargada de la coagulación, se obtiene suero que también se utiliza como muestra.
La hematología estudia los elementos de la sangre
Con la hematología conocemos en qué valores se encuentran los distintos elementos de la sangre. Cada especie tiene un rango de valores normales, con un mínimo y un máximo, cuando un animal está por encima o por debajo de estos niveles puede esconder una patología.
- Anemia. Disminución del número de eritrocitos, las causas pueden ser variadas: autoinmune, parásitos, deficiencia de hierro, intoxicación con plomo, enfermedad renal…
- Bajos y altos niveles de leucocitos. Los leucocitos aumentan por infecciones, intoxicaciones, neoplasias… y disminuyen en infecciones víricas, atrofia de la médula ósea…
- Plaquetas bajas. Cuando las plaquetas están bajas hay riesgo de hemorragia, esto por ejemplo ocurre ante una infección por Erhlichia.
La bioquímica nos informa sobre el estado de los órganos
Los parámetros sanguíneos varían a lo largo del día y según la actividad y estado del animal. Por este motivo, se aconseja que el animal lleve entre 8 y 12 h en ayunas, para no alterar los resultados de la analítica sanguínea. El estrés durante la exploración también puede afectar a algún parámetro.
La bioquímica analiza los niveles de las proteínas producidas en el hígado, riñones y páncreas:
- Hígado: transaminasas, bilirrubina y ácidos biliares.
- Riñón: creatinina, urea, fósforo.
- Páncreas: lipasa, amilasa, tripsina.
Pueden valorarse también otras moléculas como el colesterol, los triglicéridos, glucosa, hierro, electrolitos… Algunos de estos parámetros dan información general, ya que se modifican con una gran variedad de enfermedades, sin embargo, otros valoran enfermedades concretas.
El análisis sanguíneo también detecta los niveles hormonales en sangre, muy útil para detectar enfermedades endocrinas o el momento óptimo para una monta.
Como ves, la analítica sanguínea aporta una información completa sobre el estado del animal, también es útil para confirmar o descartar enfermedades como la leishmania mediante test rápidos.
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