Una buena convivencia es clave para un hogar feliz y no solo entre humanos. A veces alejamos a los más pequeños de los animales por miedo a que resulten heridos sin saber que podemos construir una relación que beneficie mucho a ambos.
Aunque hacerse cargo de una mascota sea solo cosa de adultos son muchos los valores que puede aprender un niño de tener un animal en su vida. La clave para hacer que se lleven bien es la comunicación.
¿Cómo hacer que las mascotas y los niños se lleven bien?
La reacción que pueda tener un animal al conocer a un niño pequeño está influenciada por su experiencia previa con estos.
Los perros y gatos tienen una etapa sensible en su crecimiento llamada etapa de socialización. En perros y gatos ocurre entre las tres y siete semanas, estos momentos son los mejores para presentar el mundo al cachorro o al gatito. Es justo esta etapa cuando se muestran muy receptivos a estímulos nuevos.
Cuántas más situaciones, personas, animales y objetos nuevos conozcan durante la etapa de socialización mejor tolerarán estas experiencias en la vida adulta.
Si durante esta época de aprendizaje la mascota tiene contacto con niños pequeños es muy probable que en su vida adulta esta situación no le resulte extraña ni pueda causarle estrés. A pesar de ello, cada animal tiene su propio carácter y aunque un niño no le resulte algo desconocido puede no llegar a querer tener mucho contacto.
La importancia de realizar una buena presentación
Los niños suelen ser muy inquietos, realizar movimientos rápidos y bruscos, ruidos fuertes e invadir el espacio del animal aunque sea de forma inconsciente. Este tipo de comportamiento puede asustar a una mascota, sobretodo si no está acostumbrado al trato con infantes.
El primer contacto entre un animal y un niño pequeño debe ser tranquilo y correcto, lo mejor es preparar el terreno para ambos y supervisar la situación.
- Asegúrate de que el lugar de la presentación es el adecuado. Es mejor rebajar todo el posible estrés y las distracciones antes de comenzar. No será lo mismo una presentación en el parque o la calle, (lugares llenos de olores diferentes) que en casa.
- No fuerces la presentación. El primer contacto debe ser lo más natural posible. Mantén a ambos tranquilos y no fuerces que uno se acerque al otro, premia al perro o gato si se acerca de forma calmada a oler al pequeño.
- Enséñale que las mascotas no son juguetes. Haz entender al menor que los animales no son cosas, que tiene que ser suave y respetar su espacio, sin tirarle de la cola, cogerlo en brazos…
- Utiliza el refuerzo positivo. Siempre recompensa al animal si su trato es adecuado con el niño, vigila la situación pero sin asustar a ninguno de los dos.
Los valores que nos enseñan las mascotas
Crecer con un perro o un gato aporta muchas lecciones valiosas en la vida del niño, como la responsabilidad, el respeto por el espacio de los demás, la empatía con otros seres vivos y a asumir la pérdida de un amigo con el paso del tiempo.
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