Los animales perciben el mundo a través de los comunmente llamados «cinco sentidos». Sin embargo, no solo existen cinco. Se pueden percibir vibraciones, presión, dolor, ecos, temperatura, localización y dirección como los animales migradores, etc. Pero nos centraremos en los más conocidos. Según la especie animal uno de estos sentidos puede estar mucho más desarrollado que los otros. El olfato en perros está especialmente desarrollado y es el sentido al que dan prioridad a la hora de comunicarse y percibir el mundo.
La vista del perro
En la retina se encuentran las células especializadas en captar la luz: los conos y los bastones. Los conos perciben los detalles y la visión cromática. Los bastones se encargan de los cambios de intensidad lumínica, la visión nocturna y la detección del movimiento. Los perros poseen menos cantidad y variedad de conos que los humanos.
Poseen una visión que diferencia menos colores, pero aun así pueden diferenciar algunos como el azul del amarillo y algunos tonos de los mismos. En el perro predominan los bastones lo que les permite reaccionar rápidamente en aquellas condiciones en los que hay cambios de intensidad lumínica.
Ven con menos detalle que nosotros, tienen menos capacidad de enfoque y su visión cromática es más reducida, pero perciben muy bien el movimiento. También tienen mayor agudeza visual que nosotros de noche. Ideal para detectar presas en movimiento. Además, cuentan con una membrana ocular llamada tapetum lucidum que recoge mayor luminosidad en condiciones de oscuridad. Es esta membrana la que hace que tengan los ojos brillantes de noche si les iluminamos con una luz.
Los cachorros abren los ojos a partir de los 12 – 14 días tras el parto. Sus ojos se encuentran más ladeados que los nuestros, tienen un ángulo de visión entre 250 – 270º frente a los 180º de los humanos.
El oído del perro
Este es otro de los sentidos del perro más desarrollado. Su canal auditivo se abre a partir de los 20 días desde el nacimiento y perciben sonidos de frecuencia más alta que nosotros. Por eso hay veces que reaccionan frente a sonidos de forma inesperada y son capaces de escuchar cosas que nosotros no percibimos.
Las orejas de los perros funcionan como un auténtico radar, con 20 músculos para moverlas en todas direcciones y filtrar el sonido. El oído es totalmente un sentido de alerta. Escuchan todos los sonidos que producimos y no es de extrañar que sean capaces de detectar cambios de tonalidad en nuestra voz. Y con esta gran sensibilidad auditiva, les acostumbramos a vivir en un mundo rodeados de ruido constante.
El tacto
El tacto es parecido al nuestro. Lo desarrollan antes del nacimiento. Por esta razón es aconsejable, si la madre lo permite, tocarle el vientre para que los cachorros se familiaricen con nosotros. Estimular el tacto es placentero tanto en el perro como para nosotros. Favorece la regulación interna del organismo, relaja, disminuye la frecuencia cardíaca y presión arterial.
Los perros tienen pelos táctiles en la zona del hocico que les da mucha información sobre el entorno. Sus almohadillas plantares también son muy perceptivas, regulan su temperatura con ellas.
El gusto
Tienen menos papilas gustativas que los humanos, por lo tanto, no pueden percibir tantos sabores como nosotros. Esta carencia es compensada por el olfato. En los piensos se agregan aromas para hacerlos más apetitosos. Pese a eso, cada perro tiene sus propios gustos y preferencias.
El olfato en perros
Finalmente, entre todos los sentidos del perro, el olfato es el que lo destaca. Podría decirse que ven el mundo con su nariz. Más de el 50% del cerebro lo dedican a esta tarea. Por este motivo es muy importante practicar juegos de olfato regularmente. Su capacidad olfativa es muy superior a la nuestra. Los perros cuentan con 220 millones de células olfativas mientras que los humanos no pasamos de los 5 millones.
¿Por qué es importante estimular el olfato en perros?
El olfato es muy primitivo, está muy relacionado con el sistema límbico (que regula las emociones más instintivas). El cerebro del perro se estimula más cuando está buscando y usa para ello todos sus sentidos y capacidades.
Buscar con su olfato reduce estrés y le proporciona mayor habilidad para desenvolverse en el mundo que le rodea. Es un factor que puede hacer mucho en su educación. Podemos utilizar los juegos de olfato como un canalizador de su energía.
Es muy fácil hacer juguetes caseros donde esconder la comida o premios para que tenga que usar su olfato para conseguirla. En Vitalcan vendemos juguetes preparados para esto, los tipo Kong son muy resistentes y recomendables para ello. También puedes utilizar alfombras olfativas o esconder los premios por la casa.
Ahora que sabes cómo funcionan los sentidos del perro puedes apreciar todavía aún más a tu can por las increíbles capacidades que posee como animal. Y recuerda que estimular el olfato en perros es esencial en su desarrollo. Si quieres saber más sobre comportamiento y salud en las mascotas sigue atento a nuestro Facebook y Twitter, cada día publicamos algo nuevo.